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En vida la UPLA lo reconoció como uno de los grandes representantes de la cultura en Junín. Hoy 04 de abril de 2020 cumple 100 años de su natalicio.
Don Zenobio Dagha Sapaico (1920-2008). Fue invitado por la UPLA a un reconocimiento que la universidad organizó y que se llevó a cabo en el Centro Cultural Los Andes, en el marco de una tarde cultural con la presencia de reconocidos artistas vinculado a la música, la pintura, las danzas, el teatro, el canto entre otros géneros.
Cómo oficina responsable del protocolo de entonces, recuerdo haberlo recibido, como siempre con la humildad que lo caracterizaba, llegó con un elegantísimo terno wanka y sombrero típico de él, y de la mano con su inseparable violín en su protector, acompañado solo de su nieta y observaba sorprendido que había llegado a un evento que lo reconocía, quizá por ser una universidad, pero en su silencio reflejaba un sinfín de preguntas, porque a él, pero en fin ya todo estaba listo.
Las autoridades universitarias lo esperaban, saludó a cada uno de ellos y abrazó con regocijo a todos, como preguntándose, ¡creo que no me merezco tanto albor de una universidad! que recién cumplía sus bodas de plata de trayectoria académica, pero ya estaba allí, listo para recibir una Resolución histórica y un obsequio institucional que se había preparado para la ocasión. Y al recibir de manos del rector de entonces, Dr. Dimas Fernández Barrantes, tenía infinidad de palabras para expresar un agradecimiento a todos los presentes, y lo hizo con palabras significativas, pero también quería hacerlo con su violín y sus más eternas composiciones.
Con total silencio el auditorio escuchaba. Y seducido por el violín se dejaba llevar por el amor al valle del Mantaro y sus costumbres. Cuya técnica musical, lo aprendió a los 12 años y, ya era compositor y concertista, perfeccionó su técnica al viajar a Argentina en la adolescencia, y regresó a su tierra, Chupuro, de dónde ya no se movería. Al culminar su recital fue ovacionado por la comunidad universitaria presentes en aquella tarde cultural histórica.
El presente año 2020, la Universidad Peruana Los Andes, con motivo del centenario de su natalicio realizó un almanaque institucional que queda grabado en el corazón de cada oficina, carrera y facultad de la UPLA, lo cual fue plasmado en pinturas, cuya portada denominado “Efemérides de los Andes” es una pintura en su homenaje, y cada mes está dedicado a una estampa destacada de la Región Junín.
En su breve semblanza, destacó que había fundado la orquesta “Los Aborrecidos”, después hizo realidad el sueño de una orquesta incorporando el saxofón, con músicos retirados del Ejército, se llamaba “Orquesta Típica de la Juventud Huancaína” y con ella grabó y recorrió diferentes comunidades en las fiestas patronales, comunales, familiares, actividades agrícolas y ganaderas, difundiendo una nueva identidad musical.
Sus composiciones están vinculadas a su entorno sociocultural como fuente de inspiración, su pueblo, las tradiciones de la cultura huanca, el trabajo en la chacra, los animales y la presencia de los espíritus de la naturaleza. Y siempre será recordado por sus discípulos como un maestro disciplinado y cuidadoso.
Recientemente, el historiador Nelson Manrique en una de sus publicaciones señalaba que, “La obra de Zenobio Dagha es campesina. Sus versos son directos, cargados de ironía, anclados en una cotidianidad que invita a una identificación inmediata”. Y saludo que el Ministerio de Cultura haya decidido declarar, en el centenario de su nacimiento, Patrimonio Cultural de la Nación la música de Zenobio Dagha Sapaico, a quien el gran periodista César Lévano proclamó el gran maestro de la música huanca.
Debido a sus méritos como, intérprete del violín, director musical, arreglista y compositor con entre 600 y 900 composiciones registradas, introductor del saxo tenor en las orquestas típicas huancas, gran innovador y difusor del huaylarsh, que gracias a él identifica al Valle del Mantaro, señaló Manrique.
Dato: Su huayno “Yo soy huancaíno” es una especie de segundo himno del Valle del Mantaro: “Yo soy huancaíno por algo conózcanme bien, amigos míos”. El huanca es orgulloso y susceptible; hay que andar con cuidado con él: “Cuando toma un huancaíno, mucho cuidado con las ofensas”. Eso sí, inmediatamente don Zenobio atempera la advertencia: “No me tengas tanto miedo si eres mi amigo tomaremos; mi corazón sabe sentir cuando se portan como amigos”.
Nelson Manrique.